Leí la novela de Jack Kerouac a los 17 años. Quería ser Dean Moriarty, y que la ruta sea una superficie lisa y continua, para ser relatada. Queria escribir como Kerouac. “On the road” no fue solo un libro, sino un programa, el principio de un plan de accion, pero siempre un principio. En la excitación del movimiento, en la deriva hacia grandes alturas e intensidades.
El camino de Cormac McCarthy propone otra trayectoria. Es un punto y aparte. Es un “Wasteland”. Comarcas abrasadas, dónde los pilares de la Tierra son la desolación, el horror. En dónde la cinta del asfalto ya no promete ni la exhuberancia ni la redención. Quizas la compasion "(...) he kicked the sand for the boy’s hips and shoulders (…) and he sat holding him while he tousled his hair before the fire to dry it. All of this like an ancient anointing. So be it. Evoke the forms. Where you´ve nothing else construct ceremonies out of he air and breathe upon them."